Escogimos esta
ruta para desentumecer los músculos después de tantos días sin salir.
Salimos sobre
las nueve menos cuarto de la mañana desde Salou con vistas a alcanzar nuestro
objetivo, de forma muy controlada y sostenida. Sin forzar y sin sobresaltos
para así poder llegar, ya que había alguno, que además de no haber salido desde
hace tiempo, acababa de regresar de viaje de negocios duro, super-duro, pero
qué digo… super- durísimo, y decidimos no “dar gas a fondo”.
Pues bien,
tranquilamente fuimos pasando por nuestros objetivos, Riudoms, Montbrió, paso
por los Holandeses y a continuación subida a Vilanova de Escornalbou.
Casi todos los
tramos eran pista cómoda, con subida moderada, pero no por eso penséis que la
ruta es “coser y cantar”. Abstenerse gente con falta de entrenamiento, ya que
sus “casi 50km” se notan al final en las piernas.
Desayuno
majestuoso en el Bar de Vilanova, con acompañamiento “moruno” ¡!!!
A mi gusto, ya
sabéis chavales, que nos entretenemos demasiado: 1 hora y cuarto, dos porrones,
1 butifarra con monchetas, tomate a la plancha jugosito y patatas fritas con
alioli… Una pasada. No sé para qué hacemos deporte.
Tras una hora y
cuarto arrancamos y ya en marcha veo que no llevo la mochila… Bufff que mal
rollo, con el acompañamiento moruno que habíamos tenido, me temía lo peor… Pues
no ¡!! Estaba en el banco, allí donde la había dejado, intacta e impoluta…
Ahora sí, bajada
hacia Montroig por trialeras de tierra roja (al lado de la Ermita de la V de la
Roca) y a disfrutar, que ahora iban a ser descensos chulos.
La bajada,
entretenida ya hasta cerca de Cambrils, tramo por el Corredor del Mediterráneo
y salida hacia el Camí del Cementeri de Salou.
Una ruta, del
todo recomendada para ganar fondo y entrenar un poquito.
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